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lunes, 19 de mayo de 2014

Razones para no comer huevo

Razones para no comer huevo

 
 
 
Por: Geraldine Castro Posada


Las calles de todas las ciudades no solo se visten de colores, también pueden verse envueltas en olores, que si la imaginación se deja volar es posible ver un montón de cosas solo por la percepción olfativa según el contexto que el humano ha adquirido en su entorno social.
Los olores han hecho parte de la vida del ser humano desde el momento en que es dado a luz, eso sí, si no sale con algún problema patológico que no le permita desarrollar este instinto, el olfato a estado conmigo desde entones y seguramente con muchos más, con el recordamos variedad de cosas como el ácido, lo áspero y lo suave, lo dulce y la amargo, en fin, este caso corresponde a los olores que solo hacen sentir dolor y repugnancia en particular.
Desde niña he odiado variedad de olores por anécdotas de vida que no vienen al caso, como el que expide el cepillo de dientes que despierta en mi interior un instinto asesino o suicida depende de como estén mis ánimos, el olor que transmite el aire a mi cerebro cuando tengo gripa donde lo normal coge un olor dulzón que después de un tiempo he logrado descubrir que es gracias a la filtración que tiene por la mucosa nasal, y un montón de recuerdos más. A veces me siento la protagonista de El Perfume tratando de huir de los olores más horripilantes y solo convivir con aquellos que me hacen sentir que el mundo es maravilloso, con eso me refiero a el huevo. 



Sonrisa del huevo al ver mi rechazo hacia él.
El huevo, es uno de los elementos que pueden distinguirse en las calles del pequeño barrio Las Cabañas de Bello entre las 4 a.m. y las 8:00 a.m. de todos los días, y después de las 6:00 de la tarde. A los ‘bellanitas’ les gusta la primera y la última comida acompañada de las calorías proporcionadas por los alimentos fructíferos de las gallinas campesinas que llegan a las tiendas y supermercados de la ciudad.
Lo malo no es el huevo ni sus 55 calorías, 11 gramos de proteína, 0 colesterol, etc. El real problema es el terrible olor que expide el huevo, ya sea cocido, revuelto, frito, entero, o como lo preparen, igual huele feo desde el comienzo hasta el final, no sé exactamente a qué, pues no tiene similitud con alguna otra cosa que haya olido en mí vida, más bien parece una faceta de olores de otra dimensión en la cual no quisiera vivir y aun así, Krisner Flores, una niña de 4 años habitante del barrio insiste en que es su comida favorita.

El primer alimento que aprendí a preparar yo Geraldine Castro hace 7 años paradójicamente fue el huevo, podía hacer casi 5 huevos al día por que sí, o bueno realmente era por el orgullo de poder preparar algo en la cocina que no fuera un jugo instantáneo, es decir que era necesario prender la estufa y esperar un tiempo prudente para sacar algo comestible.
 A diario escucho por el patio de mi casa la voz chillona pero encantadora que caracteriza a Krisner cuando dice “mami, yo quiero huevito” sé que ahí es el momento justo de mi tormento, mis sentidos se agudizan, y siento como la mantequilla va derritiéndose en el fogón sobre la sartén de la vivienda de arriba, y luego ese olor nauseabundo que va aumentando mientras se comprimen las proteínas, lípidos, minerales y el agua del huevo para darle ese aspecto blancuzco en los bordes con centro amarillento.



¿Desde cuándo odio el huevo? Desde hace 9 semanas y 3 días que mi cuerpo amablemente libera la hormona de progesterona, la cual hizo convertir lo que más me gustaba en la vida, la comida, en lo peor que puede pasarme desde que sale el sol hasta que se esconde en su crepúsculo envidiable que me hace sentir impotente al no poderme ocultar por un tiempo igual que él de lo que ahora me atormenta. Los olores de la comida.
El primero de ellos se debe al huevo, sin duda en mi corta experiencia de madre primeriza ha sido lo que me ha hecho pensar en ocasiones no querer tener a alguien dentro de mí en estado de gestación, el solo sentir que en casa preparan este alimento; donde los vecinos; cuando salgo de mi residencia para ir a clase en las mañanas, hacen que llegue al transporte público como si me hubiera acabado de bajar de alguna atracción mecánica del Salitre Mágico después de haber degustado una buena bandeja paisa con mazamorra y bocadillo. Sin embargo Dios y la fuerza de voluntad ayudan a que mis jugos gástricos vuelvan a su lugar en los siguientes 180 minutos. 
Según el sitio web  espanol.babycenter.com, los huevos “tienen mucha proteína, la cual es esencial para el embarazo, las células del cuerpo del bebé que ahora  crece, se multiplican a una velocidad asombrosa y están hechas  de proteína, además también son necesarias para el desarrollo de la placenta, el útero y los senos” sin embargo en el artículo publicado en dicho portal también me dan la razón, y es que debe de evitarse comer este tipo de alimentos que no estén bien cocidos o que hagan parte de      una mezcla de postres o comidas con huevos crudos, pues estos pueden contener bacterias que provoquen infecciones o un parto prematuro.



Mejor posición para pasar los malestares
Es por eso que prefiero evitarlo al máximo, puede ser peligroso tanto para mí como para la vida que llevo dentro, además mi sentido del olfato lo sabe y es por eso que el cuerpo lo rechaza como manera de protección contra los posibles problemas que podrían llegar a presentarse. Sin embargo es aceptable que este alimento contenga una gran cantidad de nutrientes necesarios para el desarrollo del gestante, afortunadamente en la naturaleza existe una cantidad muy variada de alimentos que pueden tener algunos de los componentes y así podrían suplirse de cierta forma.
Me he dedicado a buscar otras personas que quizás los olores les traiga una sensación igual o similar a la mía, no necesariamente que se encontrara en mis condiciones pero finalmente lo logré, es un hombre, obviamente no está en etapa de gestación pero a diferencia de mi rechazo al huevo, el suyo era hacia las flores, el olor a flores le hizo sentir un día el dolor más profundo de su vida, pero lleno de amor.
 
Los olores de Daniel
 
Estaba acostumbrado a acompañar  a su madre a visitar los ancianos y los enfermos, había crecido en medio de la misión dentro del seno de su familia, estaba formado para vivir en cristo y por él, esa era la razón que le animaba a acompañarla, a ella, quien lo trajo al mundo luchando contra la enfermedad. Él, estaba seguro de que su existencia en esta tierra era gracias a la consagración que su mamá  había hecho años atrás a la Virgen María, Daniel Francisco Bustos Alvarado hijo de don Raúl y doña Margarita, hermano de Alexander y Jakeline había nacido para ser alguien que cambiara la vida de muchos desde lo bueno, lo espiritual y musical y a decir verdad conmigo también lo logro después de escuchar su historia con tan solo apenas conocerle.
Era aún 2012, estudiaba Sicología en la Universidad San Buenaventura de Medellín, pero estas tierras eran ajenas  a sus raíces, su lugar estaba en Pasto, Nariño, donde había nacido. Eran vacaciones de  junio, y como cada año viajó hasta allá para descansar un poco y seguir haciendo visitas. Su madre, como siempre había acostumbrado, le convidó a que la acompañara donde una persona que lo necesitaba, sin pensarlo Francisco aceptó y fueron.
Él, quien siempre analizaba todo desde el lado sicológico  comenzó a notar que con quien se iba a encontrar no era una persona para nada común o al menos lo que se conoce entre la sociedad.
 

Imagen tomada de:
reavivamientoyreformajoven.blogspot.com
Al llegar le pareció que era una casa bastante extraña, por su mente comenzaron a correr ideas como “tendrá un cuadro siquiátrico, esquizofrénico, tendrá…” --- al abrir la puerta se dio cuenta que era diferente, no era como las que se conocen, tenía una cuerda que al tirar de ella mostraba el interior de la casa, era vacía y desaliñada pero llena de paz, en la entrada solo colgaban dos cuadros de la Virgen María uno grande y otro un poco más pequeño, pero nadie salió a recibirlos, creían que este lugar estaba vacío, sin embargo decidieron recorrer todo el espacio simplemente para cerciorarse de que todo andaba bien.
Mientras caminaban Daniel solo pensaba si allí vivía alguien, no habían muebles, ni camas ni mesas y ningún tipo de accesorio que le permitiera saber si en esa casa habían humanos, solo aquellos cuadros de la entrada. Cuando llegaron a la cocina la encontró, a ella, esa mujer que le había tenido la cabeza hecha un ocho, a pesar de que estaba dudando decidió avanzar, mientras la observaba notó en ella una gran alegría y sorpresa pero algo no concordaba, Marta Cecilia, una mujer cuadripléjica, de tez blanca, cabellos negros y algo troza, que vive de lo que le da la comunidad miraba al alrededor de él maravillada, luego lo miro a los ojos y con una gran sonrisa le preguntó “¿mucha controversia?” pero Daniel solo escuchaba --- Muy bien, estás leyendo a San Agustín --- continuaba hablando - En su mente volvían esas preguntas que había tenido en un principio “que clase de cuadro sicológico tiene esta mujer…”
D. Francisco, siguió visitándola una vez por semana, sin falta, siempre iba acompañado de su madre, y Marta continuaba recibiéndolos con la misma alegría que siempre la caracterizaba “es la mujer más feliz que yo conozco” asegura, se acostumbraron a debatir sus posiciones respecto a la iglesia católica, los libros y analizar las letras de esas canciones que tararea la gente en las misas. En uno de esos días en los que se veía con Cecilia, ella le  ofreció  un pacto con Dios.
Por su cuerpo corría una sensación según el indescriptible, confundible entre miedo, angustia, calor, frio, ansias y nauseas por que no sabía de qué se trataba, sin embargo acepo a pesar del temor que en ese momento le apoderaba. Daniel se encontraba sentado en frente de ella en un banco similar al de aquella señora, de esos RIMAX que se consiguen en los almacenes de cadena para el desvare de tener un sentadero, allí se aferraba a sus santos pidiéndoles que no le dejaran pasar nada malo, a pesar de que ya estaba convencido que ella no era ni bruja ni loca, pues todo lo que decía concordaba ya le había dado su palabra.
Para Alexander, el camino que escogió su hermano, le ha permitido entender muchas cosas de la vida y corregirlas, según él, Daniel le ha “enseñado mucho a raíz de su vocación, es muy positivo, trata siempre de incluirnos en la vida franciscana” y sobre todo a “vivir los votos pero no puntualmente”.
-¿Comenzamos?- preguntó sonriente detrás de su mesa sencilla mientras él asintió con su cabeza que ya se estaba quedando despoblada de melena.
Era un ritual del cual nunca había escuchado, estaba seguro de que a sus 27 años de edad había visto de todo y que poco era lo que le faltaba por conocer, presumido y arrogante por su capacidad de interpretación e inteligencia que le había concedido Dios, en ese momento solo sintió temor, Daniel recuerda poco las palabras que aquella mujer decía, pues su cuerpo, mente, alma y corazón, solo estaban concentrados en lo que sentían, tan intenso y tan doloroso “Me arde el corazón mientras te cuento esta historia” agrego, y sin duda, a juzgar por la expresión de esos ojos grandes y normalmente tranquilos mientras me cuenta su historia que 1.000 puñaladas eran más soportables que aquello que vivió en ese momento.

Imagen tomada de: imagenesparaelpin.net
“Mi cuerpo se movía solo, por más que lo intentaba no podía retener mis manos, una y otra vez iban hacia adelante y luego a mi pecho con cada palabra que ella pronunciaba” – ¡ha la trinidad!-comentó- “Fue ahí cuando me di cuenta que tenía la mano sobre mi pecho haciendo una terna”, en ese momento acabó el sufrimiento, pero las diferentes sensaciones continuaron, pues apenas llevaba 3 de los 7 santos en mi corazón, olor a rosas quemadas, llanto insaciable y una paz indescriptible fueron algunas de las cosas que vinieron después – Doña Margarita, siempre se había preocupado por el bienestar de su hijo  para que no le pasara nada, sobre protectora como la típica madre colombiana no se pronunció ante lo que estaba ocurriendo. Daniel cree que ella sabía que eso era bueno para él, aunque ya tenía adentro la vida religiosa, lo que estaba pasando lo convertiría en lo que ahora es.
“Por una semana entera me dolió todo mi cuerpo, como si hubiera corrido una maratón” pero fue en ese preciso momento en el cual entendió que a Francisco de Asís se lleva en el corazón no en la institución, Daniel, siguió visitándola, cambió sus hábitos de vida, incluyendo la música, pues “Dios es el que llama, pero la música es la que abre el corazón para recibir ese llamado”
Daniel regresó a Medellín días antes de terminar las vacaciones con una perspectiva totalmente diferente de la vida, incluso volvió a ver la televisión y ya no se preocupa tanto por vestir con lo mejor, hace pocos días, me contaba, recibió una llamada de su mamá dónde le dio las saludes que Marta le había enviado con un mensaje incluido “Dígale que la próxima vez que vuelva hablaremos sobre el apocalipsis”, para sorpresa suya ya llevaba un tiempo transcribiendo algunos versículos de esa parte de la biblia para analizarlos mejor. Luego cantó. 
 

Relación


Bustos, a quien el olor a rosas le recuerda aquellos momentos de sufrimiento cuando estaba cambiando su vida natural por la espiritual, llena de Dios entendió que a Francisco de Asís se lleva en el corazón no en la institución y yo comprendí que el odio al huevo era solo pasajero y de no ser así era un sacrificio para dar vida a mi nuevo sol, y es ahí donde está esa similitud de mundos entre aquel hombre que no conozco y yo, seguramente así funciona para todos.

Francisco está en la vida de ambos, en la de él como su todo, su guía y forma de vivir, en la mía, como una lección de vida y de enseñanza a los demás, con él aprendimos que la mirada va en el suelo y el corazón el cielo mientras se ayudan a las demás personas desde lo espiritual, por desgracia mía, aún no siento su olor, pero si su pasión, quizá sería preferible sentir dolor con olor a rosas que nauseas con olor a huevo sin saber exactamente si es a eso por que nunca antes lo había percibido así.
 
Mientras tanto ya el reloj marca las 4:30 a.m. y comienzo a sentir el olor a huevo frito que prepara mi padre antes de ir a caminar creyendo que yo estoy dormida, así que embadurno mi nariz con Be Delicious de Donna Karan NY y rezo para que mis jugos gástricos no hagan otro revuelto, por ahora sostengo mi escapulario... espero. 

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